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Maratón Creativo Nahualli 2020

Tchaikovsky al papel: Maratón Creativo Nahualli

Por Anaid O

El concurso de dibujo Maratón Creativo Nahualli, realizado en plena pandemia, a finales del mes de abril de este año, se convirtió en el punto de partida para muchos artistas aficionados a dibujar, así como en un nuevo escaparate para artistas emergentes y profesionales.

Asimismo, con grandes talentos y destacados trabajos, los ganadores y menciones honoríficas fueron elegidos además por darnos una mirada a lo más profundo de su arte y por su dedicación al crear quince obras a lo largo del Maratón Creativo.

Antony Milla Aguilera (ComaIcaIco, Tabasco, 2000), es un artista visual y pianista.

Pero además, es nuestro ganador del Maratón Creativo Nahualli 2020 en la categoría “Emergentes”.

En primer lugar, y como parte de su formación desde temprana edad, Milla realizó estudios de dibujo bajo la dirección del maestro Adrián Milla Meneses.

Con un estilo refinado y dramático en sus trazos, Antony ha tomado múltiples talleres de grabado, dibujo, pintura, escultura, fotografía y arte acción, con destacados maestros del país.

Actualmente, cuenta con múltiples exposiciones colectivas e Individuales en diferentes galerías, museos, empresas privadas y distintos recintos importantes del país.

Antony es estudiante de Artes Visuales en la Escuela Superior de Artes de Yucatán, y de igual manera, es miembro del taller de escultura bajo la tutela de la maestra austriaca Gerda Gruber.

La mayoría de sus obras se encuentran en Tabasco y Veracruz.

“Después de un mes o dos meses de encierro, la verdad que el Maratón Creativo me ayudó mucho a despejar mucho, haciendo esos ejercicios de dibujo. Me gusta mucho trabajar con series y se me hizo muy interesante porque era una serie de 15 dibujos”.

Asimismo, al inicio de su ingreso a la escuela de arte, a Antony se le ocurrió que no quería permanecer únicamente en pintura, y decidió explorar otras áreas como la fotografía.

Mientras encontraba su rumbo en el arte, encontró en la escultura un lugar muy especial.

Al mismo tiempo que ha conseguido desarrollarse como artista en más de una de sus vertientes.

Contemplar estas quince obra de Antony Milla es transportarse a la Rusia Imperial, y casi emocionarse con las composiciones de Tchaikovsky resonando en la memoria.

Maratón Creativo Nahualli

Por Anaid O.

El concurso de dibujo Maratón Creativo Nahualli, realizado en plena pandemia, a finales del mes de abril de este año, se convirtió en el punto de partida para muchos artistas aficionados a dibujar, así como en un nuevo escaparate para artistas emergentes y profesionales.

Asimismo, con grandes talentos y destacados trabajos, los ganadores y menciones honoríficas fueron elegidos además por darnos una mirada a lo más profundo de su arte y por su dedicación al crear quince obras a lo largo del Maratón Creativo.

El participante de nuestro concurso Maratón Creativo Nahualli 2020, Alejandro Aguilar Bustos (Ciudad de México, 1962), ganador de la categoría “Aficionados”, fue capaz de transportarnos con sus quince dibujos y a través de un trazo honesto, directamente hasta la vibrante Ciudad de México, con todo su esplendor y agitación; a esa enérgica y caótica normalidad del transporte público, al antojo de unos tacos por la noche, a un paseo por las plazuelas y hasta los encantadores mercados de pulgas del fin de semana. Esa hermosa trivialidad que solía existir y que hoy miramos con nostalgia.

Precisamente sobre esa melancolía, y el sentimiento de haber dejado atrás una era que hoy, a pesar de todo, nos permite acercarnos, entre otras cosas, al arte, escribe la artista y directora de Galería Nahualli, Melva Medina.

El susurro de las calles y callejones en los barrios guarda silencio. Extraño la banda en el mercado, la gente comiendo en familia en las mesas con manteles de colores, y esas pláticas amables con los vecinos que coinciden haciendo fila en la pollería o comprando la fruta de cada día.

Los cafés y bares se encuentran tristes, lloran cada noche por que extrañan del barullo. El espontáneo cantor que, inspirado por el trío, se atreve a cantar un verso para su amada al tono de unos cuantos mojitos y carajillos, ahora se ha tomado un prolongado descanso.

En las plazas hay un vacío de artesanos vendiendo sus productos y el hueco deja sentir una atmósfera densa cargada de miedo por recorrer el entorno. Las bancas extrañan el sudor de todos los amores postrados en los innumerables besos de los cuales han sido testigos.

Ya no hay quien alimente a las palomas o dé las sobras al perrito callejero. Extraño hasta al pedigüeño vendiendo pulseras, a mis paisanos de Chiapas cargando sus blusas. Los jóvenes artistas urbanos han dejado sus pregones envueltos en el alma, apretados por el deseo de salir y sonar fuerte; así también los danzantes, los ciclistas, los paseantes, los de las marquesitas y los elotes, los trabajadores, los tenderos…

Sólo algunos salen cubriendo sus bocas sofocados por el aire caliente del entorno combinado por su aliento temiendo la presencia del enemigo invisible en sus cuerpos.

La conminación al encierro ya es demasiado prolongada para ser tomada en serio. Se extraña el abrazo, el “fajecito”, el beso apasionado; el sólo dar la mano y así sentir la energía de un amigo. El roce de los cuerpos sin temor, el empujón en el colectivo, el arrimarse en el camión, el “hacer bola” en las juntas o reuniones familiares, o los mítines…

Extraño el grito, el canto, el coro, el grupo escolar, el juego de pelota, la hora del recreo para ver la chiquillada compartiendo su almuerzo…

La vida aún es nuestra y se aviva con el recuerdo y el anhelo de lo que regresaremos a hacer, una vez que esto acabe. Porque acabará algún día, y entonces estaremos más vivos y consientes aún, habremos crecido y estaremos más que listos para seguir y apreciar con intensidad lo que había sido imperceptible. Hoy es momento de contemplar, del disfrute visual, del imaginar y crecer hacia nuestro interior. Es tiempo de gozar del arte y la lectura.

Alejandro Aguilar nos recuerda quienes somos, nuestra intensidad cotidiana y la alegría de vivir. Es momento de contemplar su obra y añorar, “con ganas”, todo lo que somos capaces de dar. Él nos recuerda que esto pasará para dar lugar de nuevo a nuestra experiencia cotidiana, ahora más consciente que antes. Y, es en este futuro cercano que nos apreciaremos intensos -interna y externamente- para darnos de nuevo completos disfrutando la vida de forma diferente. Melva Medina, 2020

Más sobre el artista

Como aficionado, Alejandro Aguilar, egresado de la carrera de Comunicación Gráfica de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM, ha tenido una producción plástica personal intermitente que ha fluido en cuatro vertientes: la primera y más nutrida es la de dibujos y pinturas de reinterpretaciones anatómicas de especies artrópodas y fauna diversa; la segunda, que ha sido breve, es la de dibujos de recreaciones “jocosas” de historias y anécdotas del mundo y submundo urbano; la tercera, incipiente, es de intervenciones de objetos de desecho con microescultura, dibujo y/o pintura; y la cuarta, incipiente también, la producción de libro objeto que en este rubro lo ilustra una pieza recién concluida con textos del libro “Las Enseñanzas de don Juan” de Carlos Castañeda.

“Fue otra vertiente que siempre me ha gustado, la cuestión urbana, la cuestión de personajes de la calle, de personajes que te encuentras en la calle diario: el trabajador, el artesano, la gente que va saliendo a trabajar a su trabajo, la gente que va en el transporte público, la gente que ves en el metro o en el microbús.

A toda la gente me gusta estarla observando. A partir de ahí, yo genero ciertas historias y fue la parte que me gustó para participar, en esta ocasión, en el Maratón Creativo Nahualli”.

Por esta razón, y eligiendo el lápiz, la tinta, la acuarela y el acrílico sobre papel o cartón como sus medios preferidos al crear sus obras, Alejandro Aguilar fue premiado como uno de los ganadores de nuestro Maratón Creativo 2020 por su talento, y porque en la realidad que vivimos actualmente, la franqueza de su arte nos permitió asomarnos por la ventana para mirar aquel mundo exterior que hoy parece tan lejano.

Maratón Creativo Nahualli 2020

Crear para fortalecer lazos

Por A. Osuna

El concurso de dibujo Maratón Creativo Nahualli realizado a finales del mes de abril de este año, se convirtió en el punto de partida para muchos artistas aficionados, así como en un nuevo escaparate para artistas emergentes y profesionales. Con grandes talentos y destacados trabajos, los ganadores y menciones honoríficas fueron elegidos además por darnos una mirada a lo más profundo de su arte y por su dedicación al crear quince obras a lo largo del Maratón Creativo.

En la categoría de “Aficionados”, destacamos al participante Jorge Iván Saldaña con una Mención Honorífica. A través de sus dibujos creados para el Maratón, Jorge Iván manifiestó una dualidad constante entre la realidad y la fantasía, el orden y el caos, lo terrenal y lo celestial. Pero, además, como papá, fue capaz de convertir un concurso de dibujo en la oportunidad perfecta para pasar más tiempo con sus hijos.

“Fue una sorpresa enterarnos del Maratón; se lo mostré a mis niños y decidimos participar los tres juntos. Tengo gemelos de diez años, y les gustó tanto la idea que principalmente ellos me motivaron a participar. Empezamos a hacer este ejercicio, del cual lo que más me llamó la atención, fue que no debíamos hablar de la pandemia…”

En su obra, Jorge Iván crea dicotomías que hacen referencia a la lucha que enfrenta el hombre durante el proceso de transformación.

Previo al Maratón, Jorge Iván y sus hijos adoptaron el hábito de dibujar una hora diariamente. “Es un maratón, así que había que prepararnos; siete días antes, poníamos música de jazz en la computadora y de 7 a 8 nos poníamos a dibujar los tres. Luego el lunes inició el maratón y ya estábamos calientitos para la actividad”, dice el papá de los gemelos.

A través de las ideas que transmite su obra; Jorge Iván sugiere una reflexión sobre la incertidumbre existencial del ser humano en el mundo que él mismo ha creado y que lo percibe a través de la conciencia, el cual se propone interpretarlo según sus experiencias siendo éstas un componente de la captación que él tiene de la realidad.

“Lo principal es que [el hábito de dibujar] se quedó como algo para nosotros, se volvió algo muy establecido en casa. Estamos agradecidos de corazón, fue una experiencia muy grata no solo de quince días -además de los siete días de preparación-, ya se quedó la tradición en casa: la hora del dibujo. Para mi, como papá, es un premio y un regalo compartir esto con mis hijos y con ustedes…”, dice Jorge Iván.

La paternidad es muchas cosas, se manifiesta de distintas maneras y contiene en sí una extensa gama de matices de colores. Para Jorge Iván, la paternidad más entrañable logró manifestarse a través del arte, como un pretexto para fortalecer los lazos con sus hijos. Ahora, dibujar junto a sus hijos todos los días se ha convertido en la mejor manera de crear nuevos recuerdos y tradiciones, mismas que, con suerte, se mantendrán vivas por muchos años.

Memoria

La maternidad como punto de partida, como origen y destino

Por A. Osuna

Gráfica Melva

Este mes, celebramos la maternidad y a quienes desde las raíces más profundas se han convertido en las guías de nuestro andar por la vida: las madres.

Melva Medina misma, directora y artista de Galería Nahualli, como madre de Meztli y Citlalli es al mismo tiempo una ventana hacia el concepto más puro de maternidad y lo que éste representa en su vida como escultora y artista multidisciplinaria.

Descrita por ella misma como una gran enseñanza de vida, la maternidad fue muy intensa para Melva, y eso se refleja en muchas de sus obras. “Cuando uno concibe para dar a luz un bebé, uno se llena de energía, hay un flujo de energía diferente. Lo sientes, te cargas de ella y vives de otra manera. Ese flujo de energía trato de representarlo siempre en mis obras…”.

En muchas de las obras de Melva se aprecian piezas partidas completamente a la mitad como parte de su discurso de considerar la luz un aspecto elemental en la escultura misma.

Para Melva, la luz, el vacío y aquello que es etéreo, representan la parte más importante. En sus obras, se refiere al sentimiento de “hacerlo todo” por ese ser que viene.

El erotismo se une con la ciencia y los sentimientos, emerge una fusión entre la energía y las emociones alrededor de la generación de nueva vida.

“El erotismo es importantísimo, el tratado de la semillas como fuente y punto de partida, estos elementos fálicos como un punto de aquí a la vida, el momento de dar esa luz, esa chispa, esa atracción, la química. Todo eso es ciencia, es arte, es naturaleza y todo eso lo tengo impregnado. Las raíces con la tierra. Somos parte de ella, vamos a dar a ella. Pienso mucho en este ciclo de vida y muerte, que es algo muy justo: tanto te da, que hay que darle de regreso…”.

La obra de Melva nos habla de un simbolismo en donde la mujer tiene el papel protagónico, ya sea como madre, hija, y ser contenido en una compleja y hermosa existencia, la mujer e encuentra inmersa en un mundo surrealista y onírico.

En su escultura, Melva enfatiza la importancia del símbolo energético invisible, intangible; del espacio en la forma, como elemento fundamental.

El erotismo femenino, su identidad en el mesticismo y su espiritualidad, lo etéreo y lo místico, fungen como repetida temática en sus creaciones.

“El cielo llora y da de beber sus líquidos sagrados a la tierra. Ella se guarda plena del deseo eterno de sentir su contacto. Su corazón revienta en fecundidad y generosamente se manifiesta brotando y dando, nutriendo a quienes luego la nutrirán a ella…”.

Procesos Creativos

Aventura gráfica de Abel Vázquez en Disco LP.

Por Melva Medina

Desbastando, cortando, deprimiendo volúmenes y puliendo planos. Escarbando, bloqueando, jugando con líneas, haciendo texturas. Imaginando, dando forma a sus sueños y leyendas. 

Poniendo la praxis de la genialidad en esa pequeña superficie redonda, que le permitió con nobleza, ser materia y protagonista de su locura…

Durante los años 80’s, aparece el disco compacto como gran novedad por su sonido y fidelidad, sustituyendo los grandes discos LP, mismos que quedaron en el olvido, arrumbados y descartados como basura.

Abel Vázquez, durante la década de los 90’s, esperando la llegada de su hija pequeña y conviviendo los primeros años de su hija mayor, encuentra en los acetatos de los discos LP, matrices ideales para realizar la producción de piezas de obra gráfica en la técnica del huecograbado y su posterior impresión empleando la experiencia del roll up.

Anteriormente Melva y Abel ya habían experimentado en el taller de grabado sobre las placas de zinc y fierro, interviniendo con barnices y ácidos, entintando con rodillos de diferentes durezas y tintas transparentes con diversos grados de viscosidad, lograron depresiones y calidades que dieron resultados espectaculares.

Con la llegada de sus dos pequeñas, y con la idea de lograr procesos menos tóxicos, fue maravilloso encontrar nuevas superficies y recursos mecánicos a partir de las rectificadoras y motores de mano que ocupaban para hacer las esculturas, ahora adaptándolas en las nuevas matrices.

Los acetatos de discos son suaves con el motor de mano y la punta seca; son susceptibles a las lijas y las pulidoras, son leales reproductoras de la línea y las texturas. Las milimétricas líneas grabadas con música audible, ahora se perciben visualmente como parte de los ritmos en las composiciones con armonías de color.

Así jugó Abel, al lado de su paternidad, disfrutando a sus hijas pequeñitas haciendo obras ingenuas evocando la infancia de Meztli y Citlalli, compartiendo una aventura más con Melva en el estudio, en aquel pequeño departamento del 5º. Piso, en la avenida Insurgentes en la Ciudad de México.

Procesos Creativos

Una vida llena de sueños, magia y arte

Por Melva Medina

El paseo dominical resultaba intenso pero divertido y en ocasiones lleno de sorpresas. Siete de la mañana, el domingo exigía levantarse temprano para acomodar los cuadros en un par de diablitos que podían llevar unas cuantas docenas de pinturas, grabados y esculturas. Debíamos ser cautelosos desde la fabricación de nuestras obras de arte; el elevador lo pedía. Y es que, viviendo en un 5to Piso en donde la única forma de subir y bajar con carga era un elevador con capacidad para 8 personas bien ajustaditas, solo debíamos tomar en cuenta la medida de la puerta para poder acceder con nuestra carga dominical con facilidad para emprender la travesía hacia el jardín del arte.

Bajando del edificio, nos encontrábamos en Insurgentes Centro, que era una de las avenidas más transitadas de la ciudad de México, sólo dábamos vuelta a la esquina y nos encontrábamos en una hermosa calle llena de grandes árboles y hermosas casas victorianas estilo francés. Sadi Carnot era el nombre de aquella señorial calle, en la colonia San Rafaél, una de las más prestigiadas de la época del Porfiriato.

Así cada domingo en el parque de Sullivan, ubicado en la misma colonia, nos dábamos cita mas de 700 pintores y escultores.

En aquellos tiempos, durante los años 80s, resultaba muy enriquecedora la experiencia, podíamos tener contacto con gran diversidad de públicos. Algunos nos visitaban como un mero pretexto de paseo familiar, que servía para el recreo, combinado con paseo de perros y niños que aprovechaban el uso de “resbaladillas” y “sube-y-baja”.

Otros paseantes, definitivamente buscaban una forma de llevar algún objeto para decorar sus casas. Y, entre tantos visitantes, llegábamos a conectar a verdaderos coleccionistas y personas muy interesadas que solían tomarnos en serio, y apostaban a nuestras carreras como creadores.

Duramos varios años haciendo este recorrido, toda la semana hacíamos nuestra producción tanto en pintura como en gráfica y escultura; y el domingo paseábamos las piezas para exhibirlas entre días soleados, algunos ventarrones y chubascos repentinos. Cada domingo, con mucho entusiasmo recorríamos ese camino, nuestra hermosa calle arbolada, en un ambiente callado y fresco y la esperanza de vender algo que nos permitiera continuar con nuestro afanoso capricho creativo.

En esa calle había una casa muy bella con cuatro balcones de cantera, techos de doble altura, frisos de yesería con rosetones en los techos de cielo raso y ventanales con doble puerta estilo Art Nouveau. Un gran portón de madera y un escudo de familia tallado en cantera en el remate frontal del diseño del edificio. Esa era mi casa favorita del recorrido. Y cada día que pasábamos enfrente le pedía al universo por esa casa… la casa de mis sueños…

¡¡¡Chapis, compremos esta casa!!! Era mi frase cada ocho días… Chapis, Cómprame esta casa… Chapis, yo quiero esta casa… Esta casa será mía…

Años pasando y años repitiendo esas frases, hasta que un día, apareció un letrero que decía: “SE VENDE DEPARTAMENTO”.

Algún tipo listo se le ocurrió derrumbar la parte interior de la casona y la fraccionó en pequeños departamentos de interés social. Cuando descubrimos esto, tuvimos un sentimiento de frustración pues la casona completa debió haber sido una joya y el haberla derrumbado fue realmente un crimen.

Sin embargo, la parte frontal de la casa había sido rescatada por el INAH antes de haberse demolido en su totalidad y se conservaban intactos los detalles de una buena parte del edificio, la cual seguía siendo maravillosa.

El departamento que se vendía en aquel momento, fue comprado por otra persona, era un departamento chiquito en la parte posterior del predio. Realmente no me gusto. Un año después, siguiendo con mis deseos de obtener ese precioso predio, por la parte del frente, lo cual sonaba menos imposible que el hecho de adquirir toda la casona, seguí pidiendo por ello y, de repente se puso un anuncio que decía “SE VENDE ESTE DEPARTAMENTO”…

La emoción nos invadió, un poco a lo loco, pues realmente nuestros gastos iban al día y no teníamos dinero para comprar ni un departamento chiquitín.

Ese mismo domingo, yo había puesto mis caballetes con un nuevo lote de grabados que había realizado en la academia de San Carlos, y un personaje elegante y muy serio me abordó dándome una tarjeta para que yo lo fuera a visitar a su oficina pues le había gustado mucho mi trabajo.

El lunes siguiente me puse guapa y lo fui a visitar. ¡Que sorpresa!… Era el presidente del Grupo ASEMEX BANPAIS, la institución que manejaba el dinero en México en esos tiempos. Me pidió mi obra para remodelar la decoración de oficinas y sucursales bancarias de toda la Ciudad de México, de Aguascalientes, Estado de México y Guadalajara. En ese momento, mi inocencia y entusiasmo me hizo comprometerme a un trabajo titánico.

En equipo con Abel, logramos hacer un taller de producción intensiva para cumplir con mi cliente. Era tal la cantidad de trabajo, que se tuvo que diversificar la producción, mis diseños resultaron ser insuficientes, Abel aprendiendo la técnica en la marcha, y me ayudó a complementar los pedidos con sus diseños.

En una de mis entregas, entrevistándome con mi jefe para liquidar algunas cuentas, él me preguntó: ¿Oye niña, estás esperando bebé?, y yo le respondí si; debo haber tenido unos 5 meses de embarazo. En ese momento vivíamos en nuestro pequeño departamento en Insurgentes Centro, en donde trabajábamos y vivíamos. De inmediato me mandó con las personas que otorgaban los créditos para los trabajadores del banco y me dio instrucciones de buscar un lugar para hacer efectivo mi crédito.

De inmediato fui a buscar a la persona que vendía la casa de mis sueños y se hizo el trato a las pocas semanas. En menos de tres meses fuimos dueños de aquel sueño. Dos días antes de dar a luz a mi pequeña Meztli, llegamos a habitar ese lugar, con una cama, un antecomedor, un mueble en donde teníamos colocado un microondas y muchos cuadros que decoraban nuestros muros, dando a nuestro nuevo hogar un toque cálido y lleno de arte. La casa era realmente linda y grande, ideal para criar a mis dos hijas.

Disfrutamos de este lugar por 10 años, justo antes de descubrir nuestra actual residencia en esta hermosa Mérida.

 

 

Procesos Creativos

Presas del Silencio

Por Melva Medina

Cuando el alma de un ser es violentada la mente corre en su defensa y crea un blindaje que la “protege” ocultándola en el silencio. Lo subsecuente es un encierro que mantiene al espíritu aprisionado, confundido e inmerso en el conflicto y el dolor…

Hay encuentros mágicos entre personas, algunos intensos y pasionales, algunos armónicos y rodeados de amor, pero también los hay salvajes y llenos de sadismo y odio.

El mundo actual ha polarizado a la raza humana. Se exacerba la ira, la intolerancia y las agresiones físicas. Se fomenta y promueve el morbo, el amarillismo mediático y el sensasionalismo. Se deja a un lado nuestra capacidad de asombro y nos volvemos espectadores, protagonistas y consumidores de historias dolorosas como parte de un entretenimiento cotidiano. En consecuendia, cerramos los ojos a la moralidad y la valoración de los derechos humanos.

La frecuencia del desastre y del comportamiento primitivo, animal y equivocado de un gran sector de la humanidad nos presenta estos hechos como algo normal de la vida cotidiana. De esta manera, se justifican los comportamientos inhumanos como parte de la esencia que nos caracteriza como especie.

El sutil encuentro de la caricia y la sexualidad se ve transformada en abuso cuando una de las partes es usada; cuando se pasa de algo que por calidad humana debería ser la culminación energética y química del amor, a una agresión salvaje, básica y primaria de individuos que gustan de satisfacer sus instintos; cuando se violentan seres humanos indefensos, sin importar la consecuencia de sus actos.

Nuestro momento es de cambios afortunados. En la actualidad el mundo, a pesar de la presencia de un caos evidente y una crisis humanitaria mundial, está abriendo los ojos y despertando. La indignación de un grupo grande y sensible de personas a nivel mundial, comienza a unificar y radicalizar posturas que en un corto tiempo llevarán al despertar de la conciencia. He aquí la labor que como artistas debemos cumplir. Nuestro compromiso es el uso de las herramientas creativas para la denuncia de eventos, y más aún, para la propuesta de alternativas de alivio y solución de conflictos. El arte es el mecanismo que sublima los actos de lo humano. El arte nos acompaña y nos seguirá distinguiendo del resto de las especies. El arte salva la real esencia del ser que convoca nuestra existencia.

Este es un trabajo que hemos realizado durante poco más de un año. Tiene su origen en los dibujos de Aura Meztli de donde yo parto, como escultora, para transformarlos en mi interpretación personal a manera de instalación. Al unísono de esta labor de denuncia, Aura Meztli nos brinda un aliento fresco al dedicar sus creaciones en diseño de moda a las niñas víctimas de abuso sexual. Con esto otorga una herramienta de empoderamiento y fortaleza para seguir adelante dignamente y reclamar el derecho a sentirse seguras, libres y atractivas.

En este proyecto, como en todos los que llevamos a cabo en Nahualli la casa de los artistas, la familia ha sido la base que inspira su realización. El apoyo de Abel Vázquez y Alma Citlalli han sido fundamentales para su ejecución. Agradecemos también enormemente a Carlos Arjona por la fotografía.

Procesos Creativos

El tiempo del no tiempo

Por Guadalupe Caballero

“No hay tiempo para las cosas” dice Abel Vázquez, bromeando un poco acerca del juego de palabras en que consiste el nombre de la obra. El tiempo de no tiempo, representa a las dos hijas del pintor: Citlalli y Meztli, ambas amantes de la naturaleza, seres espirituales en busca de su propio tiempo.

El cuadro está dividido entre la tierra y cosmología. Lo más impresionante del arte de Abel, es que siempre juega no solo con sus títulos, sino también con las formas y figuras que plasma. De un lado, el cuadro te cuenta una historia, pero si lo volteas unas 3 veces más, obtendrás versiones distintas del relato; esto es, sin duda, lo que lo vuelve peculiar y atractivo.

A primera instancia, lo que más llama la atención es la figura de la mujer trenzada, que en palabras de Abel, representa a Citlalli. Debajo o a lado de ella (dependiendo de cómo el espectador lo observe) aparece la naturaleza, el mar, las plantas y los animales rodeándola; lo que al principio parece un caracol, puede tornarse en pájaros, cisnes o garzas, todo ello siendo abrazados por la cosmología y la tierra y haciendo del paisaje un enigma en cuanto al significado.

Del otro lado, se encuentra Meztli. Puede parecer en una lectura, un ángel con las alas cerradas cayendo a lo más profundo del vacío, su cabello representa el agua, su mirada es conmovedora y también observadora. De su figura, si se mira de cerca, se observa una cara dibujada, así como unos brazos que arrojan semillas al aire. Todo esto denota la conexión entre su ser y la tierra, funge un papel de cuidado hacia ésta y al mismo tiempo habla de un vínculo de protección que quiere alcanzar con su hermana.

Al voltear el cuadro, la figura ya no está cayendo, sino bailando en el aire o el universo, encontrándose a sí misma. Ahora el mar se vuelve un cactus, las estrellas se vuelven flores y los pájaros unos pescados. Las manos del ángel, representan la luz, la energía que todos tenemos en nosotros; lo que era antes cosmología se convierte en tierra, la mano se mete al mar, alimenta a los pescados y se vuelve un ciclo de vida, se conecta con la naturaleza y a su vez, con ella misma.

Otros elementos como los puntos azules en el cuadro, simbolizan flores, estrellas o luciérnagas. A esto, Abel cuenta que en su tierra natal, solía acostarse en el campo y mirar al cielo; lo que para muchos podían parecer estrellas comunes, para él podía ser un enjambre de luciérnagas. Es la noche una fuente de inspiración, así como el color rojo y ocre que se ve plasmada en la obra, siguiendo los trazos tan sutiles y elegantes, tomando a la naturaleza como tema principal para dar a entender lo importante que es no solo en cuestiones artísticas, sino también universales.

“No hay tiempo para destruir o no destruir, es hacer un diálogo, ¿Para qué esperar el tiempo? Simplemente hay que hacerlo, el tiempo no existe.” Finaliza el pintor. Su obra, puede ser descrita como un rompecabezas, una ilusión óptica y un enigma; el espectador ve lo que quiere y se toma su propio tiempo para apreciar y descifrar lo que hay ante sus ojos.

Abel no busca dar una respuesta para el cuadro, sino que encuentra la belleza y regocijo ante la interpretación que las personas otorgan de su arte.

Entrevista a Abel Vázquez

La figura de la Mestiza

Por Guadalupe Caballero, Fotografía por Vanessa Alejandro

La palabra mestiza representa para la cultura yucateca un símbolo de maternidad, hogar, protección, sabiduría e historia. Es para muchos, la representación de la mujer indígena fuerte y trabajadora, de ellas se obtienen los mejores bordados que las personas de ciudades utilizan en ropa, zapatos, bolsas o accesorios. Sin embargo, la percepción que una persona común tiene de la mestiza, es distinto al de un artista, porque ellos, no ven solo el físico, sino la esencia del sujeto. La mestiza, en este caso, representa una figura atesorada y valorada por diversos artistas mexicanos, son éstos quienes la respetan y retratan como una identidad cultural, más que como un símbolo histórico.

Para Abel, la mestiza forma parte de su identidad, al ser él perteneciente de una comunidad mixteca, se ha visto rodeado toda su vida por mujeres indígenas. La inspiración en sus esculturas, se basa en las proporciones corporales de éstas; los brazos gruesos, las caderas anchas, piernas duras y en general la complexión fuerte que para él, representa a las mujeres indígenas mexicanas. “Yo vengo de familia indígena, mis abuelas trabajaron en el campo, entonces yo veo la fortaleza que tienen y es lo que quiero que vean impregnado en las esculturas. Una posición sencilla pero que imponga” menciona con alegría.

El interés que el escultor tiene por la imagen de las mestizas, se plasma en sus palabras llenas de júbilo al narrar cómo en sus primeros años en la escuela de arte, se implementó una especialidad de realizar esculturas con la temática de la mujer, y él, con la práctica, comenzó a desarrollar un gusto por ello que fue creciendo a lo largo de los años. Para el artista, este retrato no dejó nunca de tener un peso tanto en su arte como en su vida personal; a él, le interesa saber qué actitudes y emociones tienen las nuevas generaciones respecto a las mestizas, y sobretodo, revivir la imagen de la fortaleza femenina.

A medida que va relatando sus vivencias, el brillo en sus ojos denota la felicidad y orgullo que le brinda el retratar parte de su identidad en su obra. Menciona que la inspiración para crear las esculturas de las mestizas no nace sola, sino viene de generaciones, experiencias y convivencias de los pintores a lo largo de épocas históricas.

“Yo nací de la tierra, del campo, no había hospitales. El hablar de la mujer indígena, es hablar de mi esencia” alega. Ya que el artista vivió gran parte de su infancia con su abuela, la observó un sinfín de veces labrando en la tierra; recuerda haber visto a su tía vender en los mercados las frutas que crecían en su patio. Rememora la gran atención que le daba a los detalles; desde su comportamiento, actitudes, la forma de su silueta, manos, facciones, cabello, hasta la vestimenta, que posteriormente se vería reflejada en sus esculturas.

Abel Vázquez no percibe a las mestizas como entes extraños, la visión que él tiene de ellas, va más allá de la que alguien que nunca ha convivido con una, podría tener. Se tiene la imagen de mestiza como la mujer morena, de cabello trenzado, la que fácil se encuentra en un mercado, como doméstica en familias adineradas o a veces escondida en su pueblo, lejos de la moderna sociedad que para ellas es tan ajena como para la persona común lo es su cultura. El artista oaxaqueño, recalca que para él se trata del reflejo de una esencia de vida con la que creció, de plasmar el amor hacia la cultura maya y mexicana, y sobre todo, fortalecer la imagen de la mujer indígena mediante el arte.

Procesos Creativos

El verdadero arte de la acuarela

Por Vanessa Alejandro

“Nadie, desde tiempos inmemoriables, se sintió libre de mezclar el agua y el color”

-Alfredo Guati Rojo ,1990.

Encontramos la pintura en acuarela en todo el arte de la humanidad. Surge desde la prehistoria en las cuevas de Altamira y Lascaux donde se mezclaron el agua con rojos y ocres obtenidos de la tierra y el pigmento negro del carbón de las hogueras para plasmar las ideas del hombre primitivo.

La acuarela es una técnica artística con cualidades, resultados y necesidades únicas. Durante mucho tiempo, esta técnica fue considerada como un arte de pasatiempo, sin embargo, con los años se ha valorado cada vez más al explorar sus posibilidades y resultados de alta calidad, ya que se distingue por la riqueza en sus colores, la transparencia de sus tonos y la espontaneidad de sus trazos.

Para el maestro Abel Vázquez (artista plástico mexicano de gran trayectoria) la acuarela es un arte de gran carácter, y la intermediaria para la creación de sus obras en gran formato con acrílicos y otras técnicas; es su punto de partida y el primer bosquejo para resolver el mundo del color de la obra a realizar.

Abel trabaja con ella desde muy joven y lo ha llevado a crear famosas obras y a desarrollar todos los conceptos de las mismas, “ ella me da la pauta, es donde se presenta la gama de transparencias para resolver el color ” comenta el artista.

En el taller especializado y personalizado que imparte el maestro sobre esta técnica, se estudian 4 elementos principales: el sustrato, el comportamiento del pigmento, la herramienta para fijarlo al soporte (pinceles) y el estilo del artista, siendo este último uno de los elementos importantes a pulir por el maestro Vázquez. Cualquier artista o persona que incursione en la plástica debería pasar por la acuarela y el dibujo, recomienda el maestro.

Una gran cantidad de artistas han explorado las posibilidades estéticas de la acuarela, además de su interacción versátil con otras técnicas artísticas como el grabado, la fotografía y la escultura.

Actualmente la acuarela está altamente posicionada en el mundo del arte, prueba de ello es la cantidad de artistas que se especializan en ella, las Bienales donde participan con la técnica, muestras internacionales de gran renombre y la creación del Museo Nacional de la Acuarela en México.