Para Melva, la luz, el vacío y aquello que es etéreo, representan la parte más importante. En sus obras, se refiere al sentimiento de “hacerlo todo” por ese ser que viene.
El erotismo se une con la ciencia y los sentimientos, emerge una fusión entre la energía y las emociones alrededor de la generación de nueva vida.
“El erotismo es importantísimo, el tratado de la semillas como fuente y punto de partida, estos elementos fálicos como un punto de aquí a la vida, el momento de dar esa luz, esa chispa, esa atracción, la química. Todo eso es ciencia, es arte, es naturaleza y todo eso lo tengo impregnado. Las raíces con la tierra. Somos parte de ella, vamos a dar a ella. Pienso mucho en este ciclo de vida y muerte, que es algo muy justo: tanto te da, que hay que darle de regreso…”.