En el 2011, el maestro se encontraba restaurando su casa-galería, trepado en una escalera a 7 metros del piso. Un descuido hizo que cayera y lastimara su cuerpo, sufriendo varias fracturas y dislocación en su hombro izquierdo. El accidente fue muy aparatoso, su cabeza golpeó el piso y tuvo que ser hospitalizado urgentemente.

Fue sometido a una cirugía para reconstruir su articulación, y al cabo del tiempo, este hecho lo motivó a realizar una toma de conciencia mediante el dibujo y, posteriormente concretó uno de los cuadros más icónicos de su creación, que bocetó durante el año de rehabilitación.

En el cuadro él se pinta como ángel caído. Este ángel también representa el espíritu de su hija mayor como un alma que lo acompaña. En la parte de la base del cuadro, esta a su hija menor con los brazos abiertos, cuidando la caída de su padre.

Esta segunda figura, también se ve ligada a su interés por proteger la tierra y sus frutos, por el amor que ella le tiene a la naturaleza.

Este cuadro fue creado por el artista para ser colgado en dos direcciones. La primera deja ver la escena del ángel caído, pero si se cuelga a la inversa, se verá a su hija menor en la parte alta, con los brazos abiertos como dispuesta a cuidar el cosmos, el agua y la vida. Ahora el ángel toma el espíritu de su hija mayor, quien gusta de bailar y vemos que se encuentra bailando entre estrellas y luciérnagas.