En esa calle había una casa muy bella con cuatro balcones de cantera, techos de doble altura, frisos de yesería con rosetones en los techos de cielo raso y ventanales con doble puerta estilo Art Nouveau. Un gran portón de madera y un escudo de familia tallado en cantera en el remate frontal del diseño del edificio. Esa era mi casa favorita del recorrido. Y cada día que pasábamos enfrente le pedía al universo por esa casa… la casa de mis sueños…