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Maratón Creativo Nahualli

Por Anaid O.

El concurso de dibujo Maratón Creativo Nahualli, realizado en plena pandemia, a finales del mes de abril de este año, se convirtió en el punto de partida para muchos artistas aficionados a dibujar, así como en un nuevo escaparate para artistas emergentes y profesionales.

Asimismo, con grandes talentos y destacados trabajos, los ganadores y menciones honoríficas fueron elegidos además por darnos una mirada a lo más profundo de su arte y por su dedicación al crear quince obras a lo largo del Maratón Creativo.

El participante de nuestro concurso Maratón Creativo Nahualli 2020, Alejandro Aguilar Bustos (Ciudad de México, 1962), ganador de la categoría “Aficionados”, fue capaz de transportarnos con sus quince dibujos y a través de un trazo honesto, directamente hasta la vibrante Ciudad de México, con todo su esplendor y agitación; a esa enérgica y caótica normalidad del transporte público, al antojo de unos tacos por la noche, a un paseo por las plazuelas y hasta los encantadores mercados de pulgas del fin de semana. Esa hermosa trivialidad que solía existir y que hoy miramos con nostalgia.

Precisamente sobre esa melancolía, y el sentimiento de haber dejado atrás una era que hoy, a pesar de todo, nos permite acercarnos, entre otras cosas, al arte, escribe la artista y directora de Galería Nahualli, Melva Medina.

El susurro de las calles y callejones en los barrios guarda silencio. Extraño la banda en el mercado, la gente comiendo en familia en las mesas con manteles de colores, y esas pláticas amables con los vecinos que coinciden haciendo fila en la pollería o comprando la fruta de cada día.

Los cafés y bares se encuentran tristes, lloran cada noche por que extrañan del barullo. El espontáneo cantor que, inspirado por el trío, se atreve a cantar un verso para su amada al tono de unos cuantos mojitos y carajillos, ahora se ha tomado un prolongado descanso.

En las plazas hay un vacío de artesanos vendiendo sus productos y el hueco deja sentir una atmósfera densa cargada de miedo por recorrer el entorno. Las bancas extrañan el sudor de todos los amores postrados en los innumerables besos de los cuales han sido testigos.

Ya no hay quien alimente a las palomas o dé las sobras al perrito callejero. Extraño hasta al pedigüeño vendiendo pulseras, a mis paisanos de Chiapas cargando sus blusas. Los jóvenes artistas urbanos han dejado sus pregones envueltos en el alma, apretados por el deseo de salir y sonar fuerte; así también los danzantes, los ciclistas, los paseantes, los de las marquesitas y los elotes, los trabajadores, los tenderos…

Sólo algunos salen cubriendo sus bocas sofocados por el aire caliente del entorno combinado por su aliento temiendo la presencia del enemigo invisible en sus cuerpos.

La conminación al encierro ya es demasiado prolongada para ser tomada en serio. Se extraña el abrazo, el “fajecito”, el beso apasionado; el sólo dar la mano y así sentir la energía de un amigo. El roce de los cuerpos sin temor, el empujón en el colectivo, el arrimarse en el camión, el “hacer bola” en las juntas o reuniones familiares, o los mítines…

Extraño el grito, el canto, el coro, el grupo escolar, el juego de pelota, la hora del recreo para ver la chiquillada compartiendo su almuerzo…

La vida aún es nuestra y se aviva con el recuerdo y el anhelo de lo que regresaremos a hacer, una vez que esto acabe. Porque acabará algún día, y entonces estaremos más vivos y consientes aún, habremos crecido y estaremos más que listos para seguir y apreciar con intensidad lo que había sido imperceptible. Hoy es momento de contemplar, del disfrute visual, del imaginar y crecer hacia nuestro interior. Es tiempo de gozar del arte y la lectura.

Alejandro Aguilar nos recuerda quienes somos, nuestra intensidad cotidiana y la alegría de vivir. Es momento de contemplar su obra y añorar, “con ganas”, todo lo que somos capaces de dar. Él nos recuerda que esto pasará para dar lugar de nuevo a nuestra experiencia cotidiana, ahora más consciente que antes. Y, es en este futuro cercano que nos apreciaremos intensos -interna y externamente- para darnos de nuevo completos disfrutando la vida de forma diferente. Melva Medina, 2020

Más sobre el artista

Como aficionado, Alejandro Aguilar, egresado de la carrera de Comunicación Gráfica de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM, ha tenido una producción plástica personal intermitente que ha fluido en cuatro vertientes: la primera y más nutrida es la de dibujos y pinturas de reinterpretaciones anatómicas de especies artrópodas y fauna diversa; la segunda, que ha sido breve, es la de dibujos de recreaciones “jocosas” de historias y anécdotas del mundo y submundo urbano; la tercera, incipiente, es de intervenciones de objetos de desecho con microescultura, dibujo y/o pintura; y la cuarta, incipiente también, la producción de libro objeto que en este rubro lo ilustra una pieza recién concluida con textos del libro “Las Enseñanzas de don Juan” de Carlos Castañeda.

“Fue otra vertiente que siempre me ha gustado, la cuestión urbana, la cuestión de personajes de la calle, de personajes que te encuentras en la calle diario: el trabajador, el artesano, la gente que va saliendo a trabajar a su trabajo, la gente que va en el transporte público, la gente que ves en el metro o en el microbús.

A toda la gente me gusta estarla observando. A partir de ahí, yo genero ciertas historias y fue la parte que me gustó para participar, en esta ocasión, en el Maratón Creativo Nahualli”.

Por esta razón, y eligiendo el lápiz, la tinta, la acuarela y el acrílico sobre papel o cartón como sus medios preferidos al crear sus obras, Alejandro Aguilar fue premiado como uno de los ganadores de nuestro Maratón Creativo 2020 por su talento, y porque en la realidad que vivimos actualmente, la franqueza de su arte nos permitió asomarnos por la ventana para mirar aquel mundo exterior que hoy parece tan lejano.