Una mujer descansa sentada sobre la arena de una playa a la que fue con su antigua pareja. Ella le extraña mucho, pues terminaron la relación, y en muy malos términos.
Recuerda como alguna vez tuvieron encuentros íntimos a la orilla de la playa, y no puede evitar sentirse melancólica.
Para Abel, al igual que los cactus, los peces tienen una simbología fálica, de fertilidad y abundancia.
Esta pieza, forma parte de su colección de dibujos eróticos del año 2019.