El caracol, símbolo del infinito, del viento, de la palabra, de la música y de la comunicación misma del hombre con la vida, la muerte y los planos intermedios.

En las fiestas, celebraciones y entierros, el sonido siempre acompaña. El caracol, desde tiempos ancestrales fungió como instrumento siendo su sonido símbolo de la eternidad.

Esta pintura habla de la comunidad unida por el sonido, al cantar integra a los mundos reales e imaginarios, llevando a la repetición infinita. Por eso es que los personajes se duplican y multiplican, recordándonos la profundidad icónica de nuestra cultura.