Esta pintura nos habla de la relación que tiene una mujer y los colibríes, como mensajeros y protectores de la gente que cuida del campo.

El artista tiene como grandes temas de inspiración, los que relatan historias mágicas en donde involucra la comunión del ser humano con la naturaleza. Y es que Abel es originario de un pequeño pueblo en Oaxaca, donde vivió con su abuela campesina y sanadora, y sus tías, quienes eran excelentes narradoras de historias que dieron motivo a este y otros innumerables cuadros.

Técnicamente, el trabajo de esta pintura es a base de transparencias en acrílico, habiendo un sin número de capas superpuestas, logrando una luminosidad muy especial.